miércoles, 23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad (en lenguaje matemático por supuesto)



pd: Esta felicitación la ha hecho la compañía WARP (una empresa americana).

sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Sabéis por que no existe premio nobel de matemáticas?

El reputado y además atractivo matemático sueco G. M. Mittag-Leffler (1846-1927) tiene asociado su nombre a la desgraciada inexistencia del premio Nobel de Matemáticas.
Todas las versiones (suecas y francesas) tienden a coincidir en un hecho: Alfred Nobel, creó los premios anuales que llevan su nombre para los mejores trabajos de Física, Química, Psicología o Medicina, Literatura y a favor de la Paz Mundial. Cabe recordar que Alfred Nobel fue el creador de la dinamita.
Durante la creación de los premios, el área de las Matemáticas estaban también bajo consideración. Nobel preguntó a sus consejeros que, si hubiese un premio Nobel en Matemáticas, si Mittag-Leffler podría ganarlo. Como Mittag-Leffler era un matemático capaz y muy conocido, le contestaron que sí sería posible, ante lo que Alfred Nobel ordenó que entonces no hubiese premio Nobel de Matemáticas.
¿Cuál fue el motivo de esta decisión? Todas las versiones apunta al odio. Por una parte la versión sueca nos dice que ese odio pertenece al ámbito de unas relaciones personales difíciles (Mittag-Leffler era un hombre rico, que en el camino a esa riqueza se ganó la enemistad de muchas personas, entre ellas Alfred Nobel), y por otra la versión francesa afirma que el matemático sueco tuvo más éxito con cierta señorita que el propio Nobel, lo cual, visto lo visto, no le hizo mucha gracia...

A pesar de no existir tal premio para las matemáticas, si que existe otro tipo de reconocimiento ¿Sabe alguno de vosotros cuál es el análogo del premio noble en el campo de las matemáticas? (Sí, sí, nosotros también tenemos premio). En el campo de las matemáticas el máximo reconocimiento es la medalla Fields.

Plano de la Ciencia

Navegando hoy por la web, en la página divulgamat, he encontrado este curioso "plano de la ciencia". ¿Pensábais que los matemáticos solo trabajaban en este campo, como si no tuviera relación con el mundo? Entonces observar y ver como todas las ciencias se unen...


pd: Os recuerdo que para ver la imagen ampliada hay que hacer clic sobre la imagen (se puede además descargar)

jueves, 17 de diciembre de 2009

Gallinas, Conejos, Caballos y Euros


Érase una vez... un Problema

GALLINAS, CONEJOS, CABALLOS Y EUROS.


Gallinas, conejos, caballos y euros

Un labrador estaba sembrando trigo en un campo cercano a su granja. Aprovechando el buen tiempo, su familia decidió acompañarlo, y allí estaban todos, la madre y sus 4 hijos, viendo como el cabeza de familia trabajaba. Y en estas estaban, cuando un forastero que pasaba con su coche por el sendero que limitaba con el sembrado, que aún no estaba sembrado porque el sembrador estaba en ello, se bajó del vehículo para preguntar:

-Buenos días, felices lugareños, ¿podría decirme si voy bien para llegar al castillo de don Jesús del Castillo del Castillo?.

-Hombre: castillo, lo que se dice castillo... -contestó la mujer, que tenía a su hijo pequeño en brazos.

-Sí, sí; se apellida del Castillo del Castillo.

-No, si no lo digo por el apellido; lo digo por el castillo que, la verdad, es más mansión que castillo. Y sí, va usted bien. En cuanto suba esa loma verá usted la casa que busca.

-Muchas gracias, señora. Qué día más espléndido, ¿verdad?

-Sí que lo es. Por cierto, va usted muy elegante, caballero.

-Sí; es que yo soy muy elegante, me gusta siempre ir impecable. Además, soy jugador profesional y voy a jugar una partida de póquer a “El Caballo de Troya”, la finca del señor del Castillo del Castillo.

-Vaya, qué casualidad, precisamente nosotros trabajamos las tierras de don Jesús.

-Y yo me trabajaré sus tierras, es decir, que intentaré ganarle todo lo que pueda, porque soy uno de los mejores jugadores de cartas que conozco.

-¿Es usted buen jugador? –preguntó la mujer, dejando al niño en el suelo.

-Ya le he dicho: uno de los mejores que conozco.

-Y modesto, por lo que veo.

-Sí, señora: me llamo Modesto Sencillo Recatado, para servirla –dijo el forastero, acompañando a sus palabras con una aparatosa reverencia que causó la rechufla de la prole.

-Muy bien, pues ya que es jugador, juguemos. Mire, ahí mismo, en el corral, tengo gallinas y conejos. ¿A que no adivina cuántos conejos y gallinas tengo?

-Bueno, eso no es un juego: es una adivinanza.

-Déjese de pretextos y conteste, señor jugador.

-Bueno, es fácil, pero necesitaría algún dato más.

En ese momento, y cuando la campesina le iba a dar más datos, uno de los niños, con las manos embadurnadas del chocolate que se acaba de comer, se las limpió en el que era impoluto pantalón blanco del forastero, mientras le decía:

-Señor; yo sé cuántos conejos y gallinas hay en nuestro corral.

-Calla, guapo, que ahora estoy hablando con tu madre. Qué gracioso el niño... –responde el forastero, visiblemente molesto al ver la mano del niño impresa en la pernera de su pantalón.

-Si me da un euro, le digo cuantos conejos y gallinas tenemos –insiste el niño, insistiendo también en limpiarse las manos chocolateadas en el pantalón del forastero, cada vez menos impecable.

En ese momento, el sembrador, dejando de sembrar, se acerca al grupo:

-Buenos días.

-Buenos días, esforzado sembrador. Aquí estamos, jugando a resolver problemas muy sencillos que yo resolveré fácilmente. Es que soy jugador profesional, y de los buenos, ¿sabe?.

-Ah, pues no, no lo sabía. Pues ya que es tan listo, a ver si sabe usted cómo resolvimos el otro día un problema que nos trajo de cabeza 3 meses. Es que mi padre, en su testamento, nos dejó 17 caballos a mis 2 hermanos y a mí.

-Mira qué bien. ¿Y cuál era el problema?

-Pues que mi padre, como era muy bromista dejó escrito que nos repartiéramos los 17 caballos de tal forma que la mitad fuera para mí, 1/3 para mi hermano Braulio y 1/9 para el Endelecio, mi hermano pequeño.

-¿Y...?

-Cómo que ¿Y...?. Pues que estábamos volviéndonos locos para hacer el reparto, hasta que, afortunadamente, pasó por aquí la maestra del pueblo, montada en su caballo, y nos resolvió el problema en un momento. Ella sí que es lista, y no otros..., y no miro a nadie –dijo, mirando al forastero, claro.

El forastero empezó a pensar en cómo se las arreglaría para repartir los 17 caballos, cuando se dio cuenta de que uno de los niños, el de la camiseta de rayas, había cogido su sombrero, que había dejado sobre la cerca junto a la que estaban y lo había tirado a una charca que más que cerca estaba cercana. Y no contento con eso, el niño tiraba piedras contra el sombrero, con patente ánimo de hundirlo. El forastero iba a acudir en auxilio de su sombrero, cuando sintió que lo sujetaban de los pantalones. Cerró los ojos resignado, imaginando más manchas de chocolate, pero se equivocó, ya que las manchas eran de chorizo frito y venían de las manos y del bocadillo de otro de los niños. Cuando volvió a abrir los ojos pudo comprobar que además de haberse multiplicado en cantidad y colorido las manchas en su pantalón, había perdido definitivamente el sombrero, desaparecido ya en las cenagosas aguas de la charca.
Hizo un esfuerzo para controlarse, pero perdió definitivamente los nervios cuando el niño de las manos manchadas de chocolate blando y pegajoso, insistió:

-Que yo sé cuántos conejos y gallinas tenemos.

-Y a mí qué me importa.

-Y yo también lo sé –dijo el pequeño, que estaba otra vez en brazos de su madre.

-Ah, ¿sí? A ver, ¿Cuántos? –preguntó el forastero, haciendo esfuerzos para no darle una patada a otro de los niños, el de la camiseta de cuadros, que, en ese momento hacía pis en sus zapatos, en los del forastero, por supuesto.

-Pues hay un total de 109 cabezas y 318 patas.

-Complicadito, el nene –le dijo el forastero al padre que, sonriente, contestó:

-Es que ya sabe, los de pueblo somos muy brutos; no podemos compararnos con ustedes, los de ciudad.

El forastero sacudía los pies empapados, cuando el niño de la camiseta de rayas volvió al ataque:

-Pues en el corral tenemos...

-¡No! No se lo digas. Que este señor es muy listo y lo averiguará el solo.

Pero el forastero, en lo único que estaba pensando era en irse de allí cuanto antes. Y ya iba a ponerse en marcha hacia el coche, cuando el campesino le dijo:

-Pero, hombre, no se vaya así. Vamos a jugar de verdad. ¿Lleva usted dinero encima?

El forastero llevaba bien repleta la cartera con vistas a la partida de cartas a la que se dirigía, y pensó que ahora podría vengarse de las afrentas recibidas: mira por donde voy a sacarle el dinero a este patán. Este paleto no sabe con quién va a jugar. Así que contestó:

-Sí, llevo bastante dinero. Pero le advierto que soy jugador profesional. Luego no se lamente.

-Pues vamos a jugar. Mire, ¿ve ese mojón de piedra? –y el campesino señaló con el azadón un mojón de piedra de base cuadrada, de 1,70 m de altura por 30 cm de lado, que estaba cerca, exactamente al lado de la cerca -Pues bien, ese mojón es mágico, y tiene la propiedad de duplicar el dinero que se deposite bajo él.

El forastero aceptó jugar, convencido de que fuera cual fuera el juego, lo ganaría; y de paso le dio un sonoro capón al niño de las manos sucias de chocolate ya que se las acababa de limpiar definitivamente en su corbata, en la del forastero, claro.

-Muy bien. Pues le propongo lo siguiente: yo pondré su dinero bajo el mojón y usted me pagará 700 euros cada vez que el mojón duplique su dinero.

El forastero, convencido de que el labrador era tonto, le dio su dinero no sin antes apartar delicadamente de una patada al niño de la camiseta de cuadros, que acababa de estamparle una ciruela madura en la chaqueta.

El campesino depositó el dinero del forastero bajo el mojón y tras una teatral pausa, lo retiró duplicado y se lo dio al forastero, después de descontar los 700 euros acordados. El forastero, no podía dar crédito a lo que veía... y se puso a dar saltos de alegría, mientras el labrador y su familia se miraban pensando: estos de la ciudad están como cabras, con perdón para las cabras.

Con el resto del dinero, el duplicado menos los 700 euros, el forastero, con las manos temblándole de codicia, volvió a repetir el asombroso experimento dos veces más pagando cada vez 700 euros al campesino. Al final, y tras pagar por tercera vez al campesino, el forastero descubrió, anonadado, que no le quedaba ni un solo euro.

La familia, dando por terminada la provechosa jornada, recogió sus cosas y, después de despedirse del abrumado forastero, se encaminó hacia su granja, dispuestos a dar de comer a sus conejos, gallinas y caballos. El niño de la camiseta a rayas, a modo de cariñosa despedida, le tiró una bosta de vaca al forastero que, al intentar esquivarla, le produjo un agudo lumbago.

Esa tarde, además, el forastero perdió a las cartas todo el dinero que sus compañeros de mesa le prestaron para volver a ganárselo, que es lo que hacen los jugadores cuando alguien les pide dinero.

Además, tuvo que soportar la humillación de pedir ropa prestada al dueño de la casa, con el añadido de que sus compañeros de juego, no se sabe muy bien si en serio o en broma, decían, entre jugada y jugada:

-Huele a caca de vaca, ¿no?

-No, yo creo que huele a orina.

-No, más bien a chocolate.

-No, yo creo que huele a una mezcla de chocolate y cieno.

-No, no: a lo que huele realmente es a chorizo frito.

-Tampoco, tampoco. A lo que huele, definitivamente, es a euros que han volado –aseguró el dueño de la casa, entre el jolgorio de todos menos del protagonista de las bromas, furioso por los comentarios de sus compañeros de mesa, furioso por el lumbago que lo tenía baldado y, sobre todo, furioso al comprobar que había vuelto a perde



Fuente: DivulgaMat

martes, 15 de diciembre de 2009

Problemas para pensar...

Os dejo un problema con leyenda para resolver :)

Trato con Genios
Habla una vieja leyenda china de un genio que vivía en un estrecho desfiladero y ofrecía a los viajeros el siguiente trato:

- Para pasar por aquí has de pagar como peaje la cantidad de cuatro veces cuatro monedas.
Después, como prueba de amistad, yo doblaré el dinero de tu bolsa.

Un campesino algo ambicioso, enterado del caso, reunió sus ahorros y se empeñó en atravesar cuatro veces el desfiladero.

Sin embargo, se encontró, al final, con la bolsa vacía. ¿Con cuántas monedas se presentó la primera vez ante el genio?

jueves, 10 de diciembre de 2009

Esquema conceptual del lenguaje algebraico

Bueno chicos, ahora que estamos ya en el final del tema os cuelgo un esquema conceptual del mismo que he elaborado. De esta manera tendréis todas las ideas claras.

martes, 1 de diciembre de 2009

PLACEBUS

Como os comenté, la semana pasada salió en el telediario, en concreto en Antena 3 y en Canal Nou, una noticia acerca de una sesión de "matemagia" que dió el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia Jaime Gómez-Hernandez. Es ingeniero de caminos y gran entusiasta de las matemáticas y de los juegoso de cartas. Me gustó mucho el tema y desde entonces he estado buscado el video de la misma por internet. Finalmente, entré en su página web y le pregunté por la matemagia. ...Y descubrí Placebus.
Es una serie de 16 programas que grabó para la Universidad Politécnica el año pasado. Al final de cada uno veréis un gran truco de cartas que podéis aprender y así dejar asombrados a vuestros conocidos. Además en cada uno de sus programas propone un enigma matemático a resolver... ¿os atrevéis?

Os dejo uno de ellos aquí, pero entrar en en enlace que descubriréis muchos más!



¿Cuál es el siguiente elemento de la lista?